lunes, 3 de febrero de 2014


EL INTRUSO


Últimamente, la joven mujer   había adquirido un comportamiento extraño, que llevó a sus padres a creer que  había sido poseída por un ser  del espacio.
La joven, en edad de merecer, había tenido ya los primeros amoríos y súbitamente había cambiado su tranquilo temperamento por el mayor de los rebeldes, aunque propio de la época que transcurría, la adolescencia, donde  generalmente la conducta sufre los efectos de un terremoto. Pero aquí el caso iba mucho más allá.  Precisamente, la conducta de  Juliana había degenerado en un comportamiento de tipo paranormal, al parecer, desde que la misma relató que una luz intensa y silenciosa había ingresado a su dormitorio una noche del último verano.
Entre sus manifestaciones, la ira y la violencia, habían terminado con todo lo que sometido  a impactos podía destruirse, casi nada intacto quedaba en su habitación, hasta que el padre para impedir que el mal se propagara a toda la  vivienda, la amarró con una cuerda al soporte de su cama y allí transcurría Juliana sus días de espera, alternando entre la ira y la depresión más profunda.
Pasaban los meses y sus padres apesadumbrados, habían resuelto que Juliana tendría el ser cosmogénico allí en su propia casa y su padre lo destruiría sin más una vez que haya visto la luz; todo estaba preparado para cuando  el momento lo indique. Por otra parte, los  9 meses de gestación podían ser diferentes en este caso, tal vez,  menos, o diez o  quince, quién podría saberlo. El único hecho concreto y real era que el vientre de Juliana crecía más  y más cada día y que a oído simple,  se podían percibir los latidos cardíacos del nuevo ser o demonio que se engendraba. Él ser, sin duda, estaba vivo y dispuesto a nacer,  contrariando los conjuros de su padre y los métodos abortivos que ensayo su madre con compasión y vergüenza.
Avergonzados y sin saber que hacer, ante la blasfema,  los vómitos y el inminente nacimiento   convocaron al cura de la capilla cercana, que asombrado ante el testimonio y luego la evidencia,  creyó estar ante un caso claro de posesión demoníaca,  al juzgar por el tratamiento que recibió de la joven.
-Dime Juliana- interrogó el cura. ¿Estás segura que  un ser llegado del espacio tomó tu cuerpo aquella noche en tu dormitorio?.
La respuesta de Juliana  fue tal que un par de discos CD brillantes  salieran volando en dirección al cuello del padre, pero a la distancia de 10 cm. éstos se detuvieron  en el aire, como si la ley de la gravitación universal hubiera sido anulada por un instante.
El cura palideceó y, haciendo coraje, agregó.
-¡No te preocupes hija, sé con quién estoy  luchando!! trata de responder  las preguntas, son fundamentales para que pueda ayudarte.
Juliana lo miraba fijamente, sin poder evitar que  una espuma blanca saliera por los intersticios de sus labios. Entonces el cura prosiguió con su  extraña requisitoria:
.-Dime Juliana, ¿recuerdas cómo era?; ¿qué forma tenía?, ¿era humano, animal,  marciano?;  ¿cómo era su rostro, sus ojos, sus manos??
Juliana, no abrió la boca, pero caminó por la pared y se pegó al techo, justo en el vértice.
Ahora el Padre, dejó de lado la posición de seguridad que ofrecía al  impostor y su rostro reflejó el miedo en toda su expresión. No obstante, disparó la tercera y última de las preguntas:
-Dime hija, ¿él ente llegó a poseerte, a tomar tus carnes?. -No quisiera  avergonzarte, balbuceó;  ¡pero debo saber con precisión que ha ocurrido entre él   y tu cuerpo!
-La última respuesta de juliana, fue concluyente para el  Padre, que se proyectó a la pared libre de en frente y tomó la posición de cristo clavado en la cruz. Allí estuvo por unos segundos, crucificado a unos 50 centímetros del suelo. Luego, cayó violentamente al piso, entonces, pudo incorporarse y sin decir palabras buscó la puerta  por donde había ingresado y huyó  despavorido.

Poco después y rompiendo el juramento de no mencionar el caso, recurrió a la policía y la misma, luego de ver como todo volaba dentro de aquella casa  derivó el caso al hospital local, y  recurrió a casos Especiales o X.
Juliana debió ser reducida por todo el personal  policial y paramédico del lugar,  y después de una  increíble batalla  propia de las películas de ciencia ficción fue sedada, para ser trasladada al nosocomio.

El cuerpo médico puesto al día de los pormenores, decidió hacer una cesárea de urgencia debido  a lo confuso del diagnóstico y el avance de la gestación que superaba los parámetros normales  de crecimiento, a punto de  desgarrar el abdomen de la joven Juliana.

Eran las dos de la madrugada cuando, Edison, inspector del departamento X  ingresó a la clínica,  y se sumó a la junta  de profesionales  reunida de emergencia en medio de la noche y del espanto.
Los médicos  le presentaron al cura, que brevemente relató lo  acontecido en la vivienda de la joven, manifestando que el  raro comportamiento de  la misma era  un caso más de posesión diabólica, y lo que el abdomen mostraba, no era sino, el  mismísimo demonio, que había que  extraer siguiendo los  principios que  el Vaticano recomendaba.
Los médicos  miraron a Edisón, como diciendo con la señal, que trate de explicar que está ocurriendo aquí, para que  ellos, luego, puedan proceder con seguridad. Ya que la situación, para nada cómoda, ya que no sabían si estaban ante un caso de posesión demonial, como indicaba la iglesia o algún otro tipo de fenómeno  que fuera más allá de la psicología  o  se trate, como intuían,  de un simple caso de  enfermedad mental esquizofrénica.  propia de la  psiquiatría; pero el punto era el vientre de juliana,  y la posibilidad de estar ante un ente desconocido cuyas características  e implicancias, eran imprevisibles.
Edison, manifestó a los desconcertados  facultativos que por los datos aportados por sus padres y el  cura,   se trataba de un caso de mente  acorralada, que pulsa  energía descomunal;  que se manifiesta de varias formas, desde simple visión  futura hasta fuerza  física  descomunal, no es nada más que eso , canalización de energías no procesadas correctamente ante una situación estresante límite, como parecía ser el caso. Por otra parte, lo del abdomen era innegable que allí se encontraba un volumen orgánico; pero sería conveniente la opinión del cirujano y del obstetra quiénes se encargarían de la cesárea, para la cual preparaban a la paciente.
Hemos  tenido conocimiento de nacimientos deformes , biséfalos, macrocefálicos, microcefálicos,  varios brazos o piernas, gemelos siameses y muchos otros casos, hasta leídos en los manuales versiones extremas , como las historia médicas  del Dr.Clauberg que embarazaba mujeres con esperma de animales y del propio, para luego viseccionar  los abdómenes y rápidamente realizar autopsias a los  engendros ocasionados. Pero, nada más allá de aquel espanto.

Poco después y con la autorización de los padres, juliana fue intervenida.
 Los minutos parecían relajados a años y la inquietud se apoderó del quirófano, excluido a todo personal que no fuera médico, por un problema de seguridad y  asepsia.
Finalmente, llegó el silencio. Nadie se atrevía a ingresar al mismo, pues, el personal se había percatado de la  quietud que flotaba en el perímetro y la posibilidad de que existiera allí un  ente extraño o un  ser  humanoide recién nacido, quién sabe con que características; aunque las puertas del mismo permanecían sin cerrojo y nada se movía en el cuadrilátero aséptico.
Transcurrió una hora. Edison,  rebatió las blancas puertas  y la patética escena apareció como en la pantalla de una película de terror, donde los  dos obstetras y la enfermera instrumentista, habían  sucumbidos bajo  profundos cortes del instrumental propio; pinzas, agujas, escalpelo y  bisturí, entre otros,  yacían esparcidos por la sala enrojecida.  Sin vida, o agonizando a los pies de la mesa de operaciones, el especializado personal de cirugía.
La paciente, en estado desesperante, había perdido demasiada sangre y ahora ya sin fuerzas no pudo realizar un nuevo ataque, o quizás, defensa.
Adyacente, sobre una pequeña mesita yacía el cuerpo del intruso, que activó los poderes psíquicos de Juliana. Un gran tumor benigno de útero, muy frecuente, conocido como fibroma. Los mismos suelen ser gigantescos y manifestar pulsaciones de su nutrido e  intrincado sistema  circulatorio que lo confunde con un ser vivo.

                                                                  Hugo  Peyrachia.

De :”Enigmas”.Exp.X.—
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