viernes, 28 de diciembre de 2012

LA LUZ



LA LUZ.                                                                                



Un domingo por la tarde, como tantos otros y después de los trabajos habituales, Lucerno, pidió permiso al capataz de la estancia para llegarse hasta el pueblo. Necesitaba una bebida  y un poco de tabaco con que armar sus cigarros. Hombre solitario, de hablar litoraleño, atendía la hacienda.
Lo solicitado le fue concedido y Lucerno, alto y fornido, no tardó en aparecer por el mismo, tan sólo a legua y media.
Rodeado de estancias y chacras, el pueblo, de un par de manzanas, estación de ferrocarril, plaza central e iglesia; era producto de la colonización de la amplia y bendita pampa argentina, que generosamente daba frutos con solo aportarle semillas y brazos.
En la esquina central, el negocio de ramos generales suministraba los insumos necesarios. Había comisaría y hasta un comité. Una taberna y un par de boliches, donde paisanos y criollos podían entonar canciones italianas y beber hasta el hartazgo.
El medio de locomoción y  tracción era el caballo; y la luz  de corriente continua, aún no había llegado.
Lucerno, se aproximaba al boliche cuando  se percató de que algo anormal había ocurrido,  a su paso observó viejas mujeres que cuchicheaban reunidas. Llegó al bodegón, y allí dentro escuchó a los parroquianos comentar sobre la muerte  de una hermosa  joven mujer de cabellos rubios y familia  inmigrante, dejando esposo y dos pequeños niños al cuidado de dios.
No lejos del lugar, se llevaba a cabo el velatorio y el entierro sería a media tarde.
Lucerno, poco dado a las mujeres no tardó en escuchar los deseos  de hombre, que empezaban a girar por su cerebro como avispas alteradas.
Cuando el sol triste y débil   comenzaba a ocultarse dando un espectral rojo
al horizonte, montó su caballo y enfiló rumbo a la estancia;  el alcohol y sus instintos lo conducirían directamente a las puertas del cementerio local.
La marcha era lenta y penosa. Lucerno no podía, ahora, distinguir entre el bien y el mal. Su curiosidad y la magia femenina, terminaron traicionando su moral.
Divisó los altos cipreses, que se veían negros en el horizonte, inmensamente azul en los anocheceres de la pampa abierta, sin fin.
Un viento helado soplaba levemente, produciendo el zumbido característico al arrebatar los pinos.
No le fue difícil encontrar lo que buscaba, la tierra estaba suelta, y desde lo alto del caballo percibió el aroma de las flores frescas. Echó una mirada al perímetro ¡ni un alma! exclamó, mientras el frío se acentuaba y el cielo dejaba ver una miríada de estrellas..
Ató su caballo a una cruz cercana y retiró de su apero una pala, que todo buen bichero lleva junto a su chuza. Dejó su sombrero a un lado  y comenzó a cavar. La tierra fresca no ofreció resistencia. Poco después la media luna lo alumbraba  tibiamente en su fúnebre labor, cuando el ruido característico de la madera le indicó que había llegado el momento que tanto ansió,  de tener  una bella mujer cerca y poder hacerla suya. La chuza perfectamente afilada fue suficiente para abrir el ataúd. La bella mujer apareció por fin entre blancas puntillas. Sus cabellos dorados, brillaban como el trigo a la luz de la luna.
De repente una “luz” lo iluminó desde el mismo borde de la tumba, y el macabro espectáculo se confundió con el día. Lucerno, estupefacto, contempló aquel hermoso rostro como jamás había imaginado.
Luego de unos minutos se percató que había sido sorprendido y giró su cara hacia la luz, que seguía observando los hechos en el silencio más sepulcral; fue cuando comprendió que se  trataba de  la mítica luz de las ánimas, que solía recorrer los campos y que allí en su corrientes natal, cuando muchacho,  había dado batalla de igual a igual.
 Intentó manotear su facón que llevaba  cruzado en su cintura, pero la luz se proyectó como un rayo y lo perforó  a la altura del corazón, llegando al cuerpo de la afortunada joven que de inmediato comenzó a gritar despavorida; mientras el cadáver de Lucerno caía fulminado sobre la misma.
Por la mañana, el sepulturero halló a la joven sobre la tierra húmeda por el rocío de la noche y se asombró que respirara. Estaba viva.
Al cuerpo de Lucerno, lo sepultaron en la misma fosa, sin mas trámite y la bella mujer se marchó del pueblo junto a su familia y jamás se supo de ella.
Fue a partir de aquel día, que algunos parroquianos enterraban a sus muertos por las noches, a la luz de velas, antorchas o de la luna.


Del libro:”La Ruta del Elefante” –Hugo Peyrachia.
Cuento editado por la revista” Signo”-Abril 2006.
También obtuvo una mención en el “Primer Certamen Nacional Cuento y Poesía-Junín-2002”-DERECHOS RESERVADOS"

viernes, 21 de diciembre de 2012

LA RUTA DEL ELEFANTE



                                                    LA RUTA DEL ELEFANTE
                                                      

Valentín Arriaga, había cumplido recientemente sus ochenta años. La familia  lo había festejado, tanto como pudo. No faltó el clásico plato de mayonesa de aves y asado deshuesado, postre helado y mucho vino, tinto y blanco, de la mejor relación calidad precio que sus hijos habían adquirido en una  conocida cadena de supermercados porteños.
La fiesta terminó. Valentín agradeció a los suyos,  yernos y nueras, por el agasajo y cerca de las una de la madrugada se retiró a su casa, en un barrio más del gran Buenos Aires. Uno de los hijos lo llevó hasta el lugar donde vivía, sólo, pues su esposa y hasta su perro habían desaparecido hacía tiempo. Eran para él cosas del destino que no podían modificarse, predeterminadas. Pero esa noche  dando vueltas en su cama, el acontecimiento acaecido le recordó que había llegado la hora de poner el plan en marcha.
Su memoria, ahora, había comenzado ha fallar en el corto plazo, y aún más en el cortísimo plazo, aunque, se había agigantado hacia el pasado y cada día recordaba y hasta soñaba con aquel lejano lugar que lo había visto nacer en el interior del país, a más de 400 Km. pampa adentro, donde había pasado su infancia y parte de su  entrañable juventud.
El plan, había surgido en la cabeza de Valentín hacía algún tiempo, desde que paso a retiro, o sea, se acogió a la jubilación. Había trabajado en el Ferrocarril allá en su tierra natal, pero su espíritu inquieto y trotamundo lo llevo a pedir traslado  a otras regiones del país y así fue como llegó a  trabajar en varios pueblos de  la provincia de Buenos Aires, y hasta había sido Jefe de Estación en Funes, una localidad al oeste de  Rosario.
Cuando cumpla los ochenta, se dijo,  pondría en marcha el plan que mantenía en secreto desde aquel día en que la sociedad lo declaró improductivo. El deterioro se acentuaba cada año y ya no había espacio para dilaciones.
A la mañana del día siguiente a su cumpleaños, visitó la inmobiliaria donde había adquirido su casa con los ahorros de toda la vida y llenó una solicitud de venta urgente, argumentando que necesitaba el dinero para un tratamiento médico especial y que viviría en la casa de uno de sus hijos. Dejó su teléfono, y sólo indicó que vendan al mejor postor, de contado, pues repitió que necesitaba el dinero con brevedad y se alejó sin más.
La Inmobiliaria, sólo se limitó a poner la oferta junto a otras, y hacer las publicaciones pertinentes. Valentín sabía, y en la inmobiliaria se lo habrían señalado,  la casa era pequeña, de barrio, pero de materiales de calidad y el lugar dentro de todo todavía era relativamente seguro, lo que hacía más fácil la venta, pero le  señalaron que no valía más de 30.000 dólares;  que el operador de la oficina  tradujo a moneda nacional. Algo así  como cien mil pesos; menos los gastos y comisiones  de ley. De tal manera que días después, Valentín, cobraba en ventanilla de un banco nacional  sucursal Once la suma de $97.000,  alojados en un sobre de papel con membrete de la entidad,  y que Valentín introdujo en un pequeño bolso  con rapidez, salió del mismo y paró al primer taxi que pasó enfrente.
Voy a la terminal de ómnibus de la capital, dijo Valentín al chofer que ni siquiera lo miró, y sin decir palabras bajó la bandera del contador y comenzó a recorrer las calles de aquel  lugar tan lejano, en principio, y  que tanto le atraía cuando comenzó siendo guardabarreras en un pueblito de la Pcia. de Córdoba, hacía más de cinco décadas. Fanatizado con Juan D. Perón, decidió mudarse a Buenos  Aires donde todo ocurría; había multitudinarios actos y la abanderada de los humildes atendía.   Al final, pensó, la pelea con la Iglesia, los radicales y los militares desleales a su causa, había terminado, o comenzado. Qué lindos días aquellos, sobre todo si se los recuerda a la distancia; con nostalgia.
Los autos, pasaban a su lado, enloquecidos. Valentín, sabía que a estas calles jamás las volvería a ver, pero todo era rutina, como siempre, excepto para él.
La gente,  apresurada, en medio de la  mañana. ¿Quién sabe dónde van? y sobretodo, ¿a qué, para qué?.
El sol, se hacía sentir con sus tentáculos que lo abrazan todo, calentándolo  como el mismísimo infierno.
En la terminal, adquirió un boleto para viajar a Córdoba, pero olvidó la localidad de la provincia donde  el terruño y la nostalgia  ahora lo convocaban; de tal manera que  después de 10 horas de viaje, arribaba a la Ciudad  de Córdoba.
Sólo, vestía un pijama de dormir. Confuso, entre la gente, fue observado por la policía quien lo trasladó a la comisaría más cercana. Allí, después de tranquilizarse un poco,  pudo  explicar la razón de su destino y de los casi cien mil pesos y algunos dólares que llevaba, era la  ciudad  de Marcos Juárez  a 260 Km. al sudeste de la provincia, ya que allí había nacido y vivido hasta los veinte y picos de  años. Ahora, señaló, voy a comprar una pequeña casita y allí esperaré la muerte, donde nací y pasé mis mejores tiempos. Uno es,  del lugar  donde vivió la infancia,  dijo.
La policía, dio aviso a la familia en Buenos Aires y lo alojó en un pequeño hotel cercano.
Dos días después, Valentín  partía definitivamente de tierras cordobesas a las que añoraba, pero a las que jamás regresaría. La memoria había borrado a Marcos Juárez, quizás para siempre.
Parece ser  que a la edad de Valentín, los planes, aun  más secretos, también fallan.

Publicado  en el libro homólogo por la editorial.”Las Tres Lagunas”-Enero de  2010-Derechos absolutamente reservados-

sábado, 15 de diciembre de 2012

1º de OCTUBRE




1º DE OCTUBRE



Hoy, ha sido un día importante para mí.
No he cumplido años.
Ni he adquirido monedas romanas.
No ha salido el sol.
Casi, que ha llovido.

                                       Hoy ha sido un día importante para mí y
para la naturaleza.
Ha recibido agua
Buen aire. Algo de luz.
Colores pasteles  y suaves perfumes

Hoy ha sido un día importante para mí.
Aunque.
El cielo permanece gris.
No he recibido cartas.
Ni comprado ningún libro.

Hoy ha sido un día importante para mí.
He salido al patio de la casona
Y, he visto
que el  viejo paraíso
                                       ha florecido.


Poética.
Hugo Peyrach.
1ºde Octubre de 2012.

viernes, 7 de diciembre de 2012

CRIOGENIA





CRIOGENIA.


La  cruel enfermedad mataría a Jack en los próximos meses, irremediablemente.
Por el momento, la única posibilidad y por tiempo limitado, se hallaba en el trasplante del órgano afectado, pero la espera se había prolongado demasiado y se desvanecía en la nada.
Con su mente convulsionada por la realidad, Jack se preguntó:?Por qué ahora? tal vez un poco más adelante la tecnología genética podría lograr el reemplazo de órganos enfermos con sustitutos  reproducidos en animales, especialmente cerdos, cómo  le señalaron los médicos que visitara.
Una decena de años serían indispensables para criar y educar a su prole. Jack, cumpliría 30 años próximamente. Por último si de lo peor se tratara, la criogenia podía ser una salida. Al menos, parecía mejor que el incinerador.
Una vez más, Jack  recorrió las páginas  de la Web que informaban  sobre las formas de sobrevivir al tiempo y detallaban los   procedimientos a seguir.
Aún sin garantías, la ciencia podría volverlos realidad en los próximos siglos.
Sin pérdidas de tiempo, Jack decidió iniciar los trámites antes que la enfermedad lo postrara a punto de no poder.
Las noches entremezclaban raros pensamientos en su psiquis. El pasado y ahora el futuro fluían por sus neuronas dendríticamente a la velocidad de la luz. En su inconsciente, podía ver cómo las llamaradas  envolvían su cuerpo corrompiéndolo en agua y gases sencillos que escapaban velozmente por la chimenea del crematorio. El pirómetro del mismo se confundía con el velocímetro de su automóvil. Éste,  por momentos adquiría la forma de una cápsula espacial reingresando a la atmósfera de la tierra y desintegrándose, como había observado por la televisión con algunos privilegiados que enviaban  sus cenizas al espacio.
Una nueva mañana comenzó. Jack, quizás en su último golpe de lucidez, entreabrió  una luz de esperanza. El pasado y ahora el presente carecían de solución, pero tal vez el futuro. Hacia el se marchó.
En una de las entrevistas  en el instituto médico se enteró de que aún no era posible  revivir  los pacientes sometidos a criogenia y  que había pocas posibilidades que la ciencia consiguiera  algún día insuflar  vida a un cadáver congelado; aunque le señalaron que el congelamiento de células humanas ya se está practicando en ciertos trasplantes y la técnica se utiliza con éxito en bancos de esperma. La médica manifestó;  una vez ocurrida la muerte nuestros especialistas extraen totalmente la sangre del cuerpo  e inyectan una solución conservadora que protegerá las células de eventuales  cristales de hielo. Luego, el cuerpo es sumergido en un tanque de acero inoxidable  con nitrógeno líquido a 196ºC bajo cero; de esta manera se eliminan equipos de refrigeración que podrían tener fallas con el tiempo y comprometer el congelamiento, de tal forma que   los cuerpos son colgados con la cabeza hacia abajo, para que ante una emergencia ésta sea la última en descongelarse. ¿Puede Ust. elegir entre conservar su cuerpo completo o solamente la cabeza; es decir su cerebro? Añadió. 
Por último la médica señaló, deberá  aportar su historial personal y médico, que se digitalizará y se archivará en una bóveda de máxima seguridad, datos útiles para cuando la ciencia y la tecnología médica puedan solucionar su problema terminal. Mientras tanto su cuerpo estará depositado  en los subsuelos de la compañía al resguardo de cualquier inclemencia, inclusive un evento nuclear.
En los meses siguientes, Jack  fotografió su entorno físico y social, grabó cientos de horas en videocintas y cada una de las comunicaciones que llegaron a su teléfono particular, documentando su pasado y su presente y así poder reconstruir  su primera vida en caso de que la memoria se borrara para siempre.
Un día soleado de otoño lo  esperado sucedió. Como estaba previsto, sus allegados informaron  a la empresa crioconsevadora y ésta realizó los tratamientos dentro de las 72 horas, según establecía el contrato y embolsó  100.000 dólares.
Tres siglos después.
Pasaron 300 años hasta que la biotecnología molecular permitió rehacer el cuerpo de Jack.
Despertado de su largo crioinvernadero fue reprogramado con la data  que existía a tal fin. Luego, un flujo de positrones lo volvió a la vida nuevamente.
Después de algunos minutos Jack, abrió los ojos y balbuceó.
-¿Qué sucede?
La respuesta llegó a su cerebro en forma de campo energético.
-Ust 0091 ha sido reciclado  cibernéticamente.
-¿En qué año estamos? Preguntó algo más animado Jack.
-149 ddh
-¡ddh!-¿Qué significa?
-¡Después del Holocausto!.
-¿Cómo fue?
-Nosotros triunfamos, indicó la máquina.
Ellas, habían ganado la batalla y ahora controlaban el planeta. Era hasta lógico, pensó Jack, si ya por entonces intervenían en todo.
-¿Quién soy?, preguntó Jack a su interlocutor.
-¡Un esclavo!, contesto fríamente la máquina.

Cuento perteneciente al libro:"La Ruta del Elefante" de Hugo Peyrachia-Editorial. "Las Tres Lagunas"-2010
                                                         Todos los derechos reservados.

sábado, 1 de diciembre de 2012

EL HERMITAÑO










 EL HERMITAÑO.

Joaquín, cumpliría su tercer año encerrado entre las cuatro paredes de su habitación, en la parte superior del dúplex de sus padres.
Habiendo concluido el ciclo básico unificado,  Joaquín se negó a proseguir la escuela, ya que la misma no satisfacía su interés por las temáticas que le interesaban; además de tener que soportar a sus compañeros de curso y la estupidez e ignorancia de algunos profesores; y, que “Internet”, la red de redes, podía a diario satisfacer sus inquietudes científicas y filosóficas.
Rodeada por periféricos, su computadora era, paradójicamente, el único  contacto con el mundo real. Mezcla  de  niño índigo y algo similar a los “Hikikomori” japoneses que se niegan a salir de sus habitaciones  debido a la alta exigencia social  en la formación y el trabajo. Lo cierto, es, que en ambos casos  psicólogos y psiquiatras no han  logrado hasta el presente resolver estos problemas.
El mundo de Joaquín pasaba por  millones de “Bits” que llegaban cada segundo a su CPU, permitiéndole  acceder a diversas universidades y  las  bibliotecas más importantes  del mundo quedaban al alcance de su mouse. Podía  echar un vistazo al último número de “Science” o de “Astronomy”,  consultar sitios con la última literatura  vinculada  a la cibernética y la robótica;  física cuántica,  cosmología Etc. Estudiar  idiomas o cursar las más variadas temáticas. Ingresar a sitios de prestigiosos institutos como el MIT,  los institutos Max Planck de Alemania, la NASA, o acceder a científicos como Stephen Hawking o  Joao Magueijo.
Joaquín, despertaba al mediodía, recibía una bandeja con el almuerzo y un jugo de naranjas; una merienda de té con leche y tostadas, a las 19 y otra comida a las 10 de la noche; el resto del tiempo  concentraba su cerebro en diversas cuestiones científicas y filosóficas, pues hacia tiempo que había descartado la metafísica para siempre, ahora superada por las ciencias.
Había leído el relato de Hugo Peyrach, “La Máquina Fractal”, donde Atón, un microrobot humanoide   ingresaba a un núcleo atómico de carbono, y, allí dentro, descubría un nuevo universo, inserto en una nueva dimensión del tipo “Fractal”;  idea que lo mantenía obsesionado todo el tiempo y  con ansiedad trataba  de resolver  la cuestión.
¿Qué causa o razón pudo haber originado el génesis de todas las cosas, de todos los tiempos? y en todo caso¿por qué? ¿para qué?.
Se había contactado con el autor del relato a su e-mail, y éste le habría contestado que Atón, era sólo producto de su imaginación, aunque había elementos curiosos que habría que investigar; cómo por ejemplo, que, si se toma un núcleo atómico y se lo fisiona en dos, se produce una intensa liberación de energía; del mismo modo que ocurriría si hipotéticamente  se pudiera cortar una galaxia o el universo. Le sugirió, entonces, que le comente  la idea al físico inglés, cuadripléjico, H.Hawking.
Joaquín no tardo en comunicarse con el científico británico; uno de los físicos y cosmólogos más importante de la actualidad, que  al parecer le señaló que estaba estudiando la conexión entre la física cuántica, que estudia la materia  en su faz micro y el cosmos, en su faz macro, de tal manera que sospechaba como sostiene la  lógica dialéctica; todo estaría conectado por la ley de la “Interacción Universal”.Así como en  la ley de “Unidad de los Contrarios” lo último se une a lo primero y viceversa; pero,  era necesario llevarlo a un esquema matemático, de lo contrario no será mas que una simple especulación, como tantas.
Cientos de horas ocuparon a Joaquín  las supuestas conexiones entre  teoría cuántica y el Big Bang, que cómo se sabe, originó el universo hace 13.000 millones de años.   Por el momento, nadie ha podido arribar a ninguna teoría”unificada” que satisfaga  al mundo científico, llegando a la conclusión  de que, tal vez, las respuestas llevarían a  nuevas preguntas, pero no pudo dejar de recordar lo que Hawking le había dicho; viejas preguntas: ¿Si está allí? ¿Por qué hay algo en lugar de nada?, debe haber una razón, o al menos una explicación que todas las cosas tienen.
Un mediodía, Joaquín, saturado por la temática, decidió abandonar la búsqueda de preguntas que quizás nunca tendrán respuestas y bajó a la calle. Al intentar cruzarla, un automóvil lo atropello matándolo en el acto. Del mismo modo, nunca sabremos si fue suicidio o accidente.
Quizás, comprendió, que si éste mundo, éste universo, no tiene ningún sentido; ¿por qué habría de tenerlo él  o  su propia vida? .


Del libro”La Ruta del Elefante”-de Hugo Peyrachia-2010

Nota. Este cuento  fue publicado por primeva vez, en la Antología  Cuento Corto- Bialet Massé-Año 2008 

sábado, 11 de agosto de 2012

lunes, 30 de julio de 2012

domingo, 11 de marzo de 2012






Colibrí.


Lo llaman picaflor.
Duende de los jardines.
Pequeño pájaro curioso.
Inquieto, veloz, robótico.

Verde brillante.
como los diamantes
y las esmeraldas.
Rayo de sol al amanecer.

Busca las corolas.
a las que revisa.
para alimentarse,
con su  dulce néctar.

Colibrí, eres:
Energía.
Admiración.
Alegría


Hugo Peyrach
Enero 13 de 2012.

lunes, 20 de febrero de 2012




LLUVIA

Nubes desgarradas por el viento frío.
Transforma en agua dulce
el agua del mar.

Fenómeno extraño
que, por  frecuente,
se torna trivial.

Praderas verdes.
Bosques y cultivos
para armonizar.

Entreteje flores
de bellos colores
dignas de  admirar.

Observa la lluvia.
Es la vida misma
en cualquier lugar.



Hugo Peyrach
Poética-2 de febrero de 2012.



lunes, 13 de febrero de 2012





UNIVERSO

Espacio  sin límites.
Tiempo inmemorial.
Energía, materia y
 gravedad..

Átomos y moléculas
para transformar.
En estrellas, planetas y vida
hasta desbordar.

Plano o globular.
Hasta donde irá.
Será eterno
o algún día  acabará.

De nuevo  energía
para transmutar
luego de estallar
en otro Big  Bang.




Hugo Peyrach.
Poética-Enero 23 -2012

sábado, 11 de febrero de 2012


GORRIÓN


Pajarillo inquieto
de colores ocres
que anda volando
de aquí para allá.

Camina saltando.
Vuela apresurado
emitiendo chillos
de aquí para allá.

Suele armar trifulcas 
con sus semejantes
dando batallas
de aquí para allá.

Siempre sociable.
Acompaña al hombre
a pesar de todo
de aquí para allá.




Hugo Peyrach.
Poética- Enero 24-2012

martes, 24 de enero de 2012

Golondrinas Azules.


Allí van.
Cruzando el cielo gris.
 alegres y veloces

Allí van
Volando sobre el mar
 siguiendo la cruz del sur.
.

Allí van.
En busca de un cálido y lejano  lugar,
donde procrear.

Allí van.
Dentro de un año, retornarán.
Surcaran los cielos  rebosantes de felicidad.

Allí van.
Juntas, de a miles
revoloteando sobre la ciudad.

Golondrinas Azules
Ideales de la libertad.



Obs: Durante toda la tarde del  11 de enero, sobrevolaron la ciudad en dirección sur, miles de golondrinas azules.

Hugo Peyrach
Enero 11 de 2012.