DELMO TORREGGIANI: “AVIONES Y SUEÑOS”.
Por Hugo Peyrachia.
Hijo de Humberto Torreggiani y María Lambertucci, nació en Leones el día de navidad de 1932.
Hoy sabemos con qué designio, llevaba consigo uno de los anhelos más deseados por el hombre, el de volar; que lo condujo directamente a una licencia de piloto civil en el año 1955.(Licencia Nº 8473)
La familia, aún conserva el “Libro de Vuelos”, donde registró sus primeras horas (9 de diciembre de 1955) en un Piper J3(Cub)-de 65 HP- Mat.LV-XSY, discriminadas de la siguiente forma: 1,15 Hs.Marcos Juárez-Villa María y otra hora quince minutos de regreso, en travesía diurna; más 1,30 Hs. el día 17 y 120 minutos, el día 18. Totalizando 4,40 Hs y 6 aterrizajes. En los meses que siguieron, voló Piper PA11(Cub Special) y PA12(Cruiser), conjuntamente con el “El Boyero”, construido por la FMA de Córdoba.
Entre sus primeros instructores del curso de vuelo, realizado en el Aero Club de Marcos Juárez, figura Américo Ramón Caseb y Juan Ramón Verón.
En octubre de 1956, Torreggiani sumaba sus primeras 100 horas de vuelo, que al momento de su desaparición física llegaban a más de 15.000.
Sus primeras travesías datan del 11 de febrero de 1956, volando un “El Boyero” LV-ZHG de 75 HP, desde M.Juárez a Córdoba en 2,05Hs. Luego, Rufino(1,45Hs.), Fishertón(1,10Hs.).El 16 de febrero de 1957, vuela a Mendoza en un Piper PA12 en 5,30 Hs. El 28 del mismo mes a Morón(Bs.AS)en un Piper PA11.En mayo 21, viaja a Santiago del Estero. Atamisqui-Colonia Dora; Colonia Dora –M.Juárez.
También fue propulsor, del conocido “Aero Club Sarmiento”y aficionado a las carreras de regularidad.
Delmo Natalio Torreggiani, nacido para volar, realizaba con pasión su profesión, pero si había algo que lo cautivaba, eran aquellos aviones ligeros y nobles desarrollados en la década del treinta por la Piper Aircraft en los Estados Unidos; con los cuales había aprendido a volar-¿Quién no ha oído hablar de un Piper?. Más de una vez, quizás, volando en la tranquilidad del abismo aéreo, o entre las nubes, se preguntó por quién diseñaba y construía estas pequeñas máquinas, perfectas, pero ese misterioso lugar era aún lejano para la época. Torreggiani, simplemente, transformó su curiosidad en sueño.
En 1960, su anterior instructor de vuelo, Juan Ramón Verón, actualmente director de una importante empresa con asiento en Marcos Juárez(Cba), vislumbró el futuro de la sanidad agrícola aérea y como pionero, decidió adquirir los primeros aviones específicos para este trabajo, que en 1957 habían sido diseñados y construidos por la “Piper Aircraft”; que después de algunos contactos traería en ferry dos de aquellos aviones, denominados Piper PA25-Pawnee, (Motor Lycoming O-540-225HP). El mismo Verón pilotearía uno de los Pawnee, y para volar el segundo PA 25, contrató a Delmo Torreggiani, su discípulo y amigo.
Cuenta Verón, que solía llamar a Torreggiani, “Santiaguito”, debido a su afición a la acrobacia aérea, vinculándolo con el gran piloto militar Santiago Germanó.
Torreggiani, de repente, por esas cosas que tiene la vida, volaba junto a Verón en línea comercial a Nueva York, era el Sábado 30 de Abril de 1961, y después de 22 horas de vuelo se alojaban en el “Hotel Stamford”, calle 32 de Broadway. Esa noche, señala en una carta a su familia, que oía a cada rato, el rugido de las turbinas de los aviones “a chorro” que pasaban sobre el hotel, quizás, música para sus oídos; de un país que maravillaba al mundo con su explosión tecnológica y su estado de bienestar.
Al día siguiente se llegarían hasta el corazón de sus amados Piper, la mismísima Piper Aircraf., sita 250 Km. al oeste de Nueva York, en la pequeña ciudad de Lock Haven, centro del Estado de Pennsylvania. A media mañana ingresaba a la fábrica donde habían sido diseñados y construidos sus añorados aviones. Qué más podía pedir. No sólo vio con sus propios ojos cómo nacían aquellas maravillas aéreas, sino que conoció a su creador, William T. Piper, el dueño de la Piper Aircraf, y hasta existe una foto del Sr. Verón con Mr.Piper.
Días extraordinarios para Torreggiani. Escribió a su familia desde el Hotel “Fallon” Lock Haven- 6 de mayo: “Todavía no sé muy bien si esto es realidad o es sólo un sueño, sólo sé que es maravilloso”. Además, añade: “les compre un lindo regalito, y si todo sale bien estaré por allí entre el 25 y el 27.Aquí se come a la hora del desayuno y la comida es muy cara.”Además, remató:”Cómo se extraña la patria”.
El Domingo 8 emprendieron el regreso, toda una odisea para la época y no libre de riesgos, claro está, ambos jóvenes pilotos lo sabían pero seguros de si mismos, propio de esta etapa, iniciaron la travesía de más de 14.000 Km.y 10 días de vuelo a través de América.
Habían estudiado la ruta sobre mapas a escala, previendo cualquier contingencia. El plan de vuelo se llevaría a cabo cruzando el medio este de los EEUU, con paradas resultantes de la autonomía de vuelo, 1400/1500 Km. que le daba el combustible extra (Nafta de alto octanaje)en el tanque de agroquímicos, (500 litros) más los 300 litros en los tanques de sendas alas. Volarían a unos 150/160Km/h, y a una altitud de 1000 metros; con un consumo de entre 70 y 80 litros por hora.
Por la mañana, despegan del hoy aeropuerto “William T. Piper Memorial”, la primera escala se haría en Huntington(West Virginia) a 1500 Km.al suroeste, y desde allí a Nashville, en el centro de Tennessee, a 1400Km. Pero después de media mañana entran a un gran banco de niebla y comienzan a desviarse al sudeste, volando durante dos horas, hasta que advirtieron que estaban sobre montañas donde no debía haberlas (Meseta de Cumberland) en el Estado de Kentucky, entonces, al primer claro entre la nubes decidieron buscar donde hacer un aterrizaje forzoso, y al bajar se encontraron con la ciudad de Harlan, al sudeste de Kentucky. Se habían desviado de la ruta trazada algo más de 300 Km.; aterrizando cerca de las 1,30 PM.del martes 10 de mayo en el aeropuerto de “Tucker Guthrie.
En Nashville, al no recibir los aviones, dieron la alarma de búsqueda y rescate, ya que para pasar de un Estado a otro debían enviar un telegrama avisando de las características del vuelo. Los diarios de Harlan acusan la novedad, señalando que dos pilotos argentinos se habían perdido en vuelo rumbo a Nashville, pero que afortunadamente habían dado casualmente con el aeropuerto de Harlan y allí se encontraban sanos y salvos; deteniéndose por minutos el inicio del operativo de búsqueda.
En Harlan, las autoridades dieron con un médico chileno que hizo de traductor, explicando, Verón, las peripecias del caso. Por la noche, almorzaron el plato tradicional del lugar, conejo.
El día 11, Juan Ramón Verón agradeció a sus camaradas del lugar y dijo que llevaría a Sudamérica el nombre de “Harlan”, que de no haber existido hubiera puesto en aprieto a los dos jóvenes pilotos argentinos; que al parecer carecían de radio para ser guiados a algún aeródromo cercano.
A media mañana, despegan rumbo a Nashville(Tennessee) y desde aquí
a Houston (Texas) al sudeste, y por último, “Brownsville”, en el límite con México; vuelo de 1.600 Km. para salir de territorio norteamericano. Desde aquí, seguirían la costa del Océano Atlántico previendo la posibilidad de un aterrizaje de emergencia sobre la playa arenada barrida por el mar. Así, fueron superando con escalas cada 1000/1500Km, el Golfo de México y la Península del Yucatán, ingresando al Mar Caribe; Bélice, Honduras, Nicaragua y Costa Rica; hasta llegar a Panamá, donde siguiendo el famoso Canal que une los dos océanos, salen al Golfo del mismo nombre en el Pacífico.
Nuevamente volando sobre la línea de la costa, pero ahora del Océano Pacífico, la misma travesía volando entre 10 y hasta 12 Hs. La Costa Colombiana, Ecuador, luego Perú. Otros 1000 Km. a “Lima”, su capital, donde se prolonga la estadía; luego, nuevamente la costa Peruana, otros 1000 Km. más hasta alcanzar al norte de Chile, unos 1800 Km. de costa Chilena, hasta la altura de Curicó, buscando el “Paso de Santa Elena”, donde la Cordillera de los Andes no sobrepasa los 3000 metros rumbo a Mendoza(Argentina); volando a través de fantásticos valles, flanqueados por imponentes picos nevados, hasta Buenos Aires donde hacían aduana y las aeronaves eran registradas. El cruce Chile –Buenos Aires, implicaba otros 1.000 Km.
Por último, el aeródromo de Marcos Juárez en el Sudeste de Córdoba. La odisea había terminado.
En 1963, Delmo Torreggiani, hace un nuevo viaje con el mismo motivo, traer en Ferry un “CallAir A9”,motor Lycoming O-540 de 235HP; por entonces fabricado por IMCO; posteriormente “Aero-Commander”, de similares características y con el mismo objetivo que los “Piper” Pawnee.
Esta vez, Torreggiani voló en solitario y se tomó el trabajo de ir registrándolo todo en unas doscientas diapositivas color, donde destacan los verdes de las costa Atlántica, siempre a su derecha; las selvas e islas de Centroamérica; el gris oscuro de la costa Peruana, y las nieves perpetuas de la imponente Cordillera de los Andes, sobre todo, su cruce entre Chile y el sur de Mendoza.
Desde lo alto, dejó reflejado el Azul profundo del Atlántico y las tormentas amenazantes sobre el horizonte del mar Caribe, tal vez, la mayor amenaza. Las playas celestes y blancas del Perú, del infinito Pacífico; ahora permanentemente a la derecha de Torreggiani. Fotografió poblaciones aisladas por el mar, asechadas por la arena, barcos abandonados y puestas de soles inolvidables.
Delmo N. Torreggiani, falleció siendo aún muy joven el 17 de Mayo de 1966, pero había hecho una fantástica carrera, que colmó, quizás, algunos de sus sueños más anhelados. Esta antinomia parece ser una constante en la vida de estos hombres excepcionales, que pasan por el mundo como tormentas de verano, breves, pero notables.
Un pequeño aeródromo en “El Trebol”, localidad del centro este de la Pcia. de Santa Fe, lleva su nombre desde 1967, y fue impuesto por sus méritos. Demás, está citar el viejo adagio de que nadie es profeta en su tierra o en todo caso, señalar la pereza de nuestro pueblo en valorar lo propio.
De allí, mi interés en rescatarlo del olvido, para que su trabajo y su memoria, pasen a conformar el patrimonio cultural de nuestra ciudad; y si alguna vez, la misma cuenta con un primer aeropuerto, quizás, sabremos que nombre deberá llevar.
HUGO PEYRACHIA.
“Biografías”
Nota: El autor, agradece atentamente a Graciela Torreggiani de Romero; su madre, Lidia y al Sr. Juan Ramón Verón. de la ciudad de Marcos Juárez; los datos para realizar el presente trabajo. Comentarios a hugopeyrach@hotmail.com.