martes, 17 de noviembre de 2015

El 13N-Historia de la Repetición-

EL 13N                                                      Por Hugo Peyrach.

Recuerdo muy bien los dos atentados  a la comunidad israelita en Buenos Aires-Argentina. En ambos casos, todo parece indicar que fueron represalias por acciones de nuestros funcionarios de turno, en aquel momento Carlos Menen y Cia., que quería a toda costa pertenecer al primer mundo y entonces se alistó en consonancia con la política internacional norteamericana, que lo llevó a participar, aunque sea mínimamente, de la guerra en el Golfo Pérsico, enviando al teatro de operaciones una fragata y una corbeta  argentina. A partir de aquí es bastante lógico imaginar los hechos que sobrevendrían,  tal el  compromiso con los EE UU, que evidentemente Menen tenía  desde dos puntos de vista. En primer lugar, si las cosas se ponían mal con la economía local podría  pedirle dólares al fondo monetario o al banco mundial con el consentimiento norteamericano, y  segundo, que enamorado de la tecnología pueda que le tiraran algún hueso que ya no le sirviera  a los americanos del norte por obsoleto  o por estar fuera de los parámetros internacionales  de medio ambiente. El resultado, fue más deuda externa y casi nada desde lo tecnológico, al contrario, lo obligaron a desmantelar el proyecto misilístico Cóndor II, aunque también, iluso, pues nunca funcionaría  si no de la mano de la tecnología central. Al final,  más de un centenar de jóvenes  argentinos, si sumamos ambos atentados, pagaron los disparates de nuestra conducción externa. Lo increíble, es que ni los familiares de los afectados, directamente, ni la ciudadanía, indirectamente, nunca se lo demandaron y es más, el pueblo, casi no se dio cuenta; Menen fue reelegido en 1995. Ni los costosos servicios de inteligencia, ni la justicia se dieron por aludidas, para el caso, o los casos, directamente e indirectamente, incompetentes.
Toda esta historia trágica se repite una y otra vez. Ahora, en  París. Es patético escuchar al primer mandatario francés Hollande, poner las cosas como si él y su gobierno no tendrían nada que ver con los atentados. Semanas atrás, su fuerza aérea bajo su control directo estaba bombardeando en  Siria, por la cual lucha una fracción Islámica, tratando de apoderarse militar y políticamente de ese país. Baya uno a saber por qué el gobierno Francés debe participar militarmente en la lejana Siria, aunque lo sospecho. Francia está entre los primeros países en la fabricación de armas; y a las mismas hay que ensayarlas y venderlas.Además, Siria vendería petróleo barato bajo un gobierno pro occidental, lo que sería difícil bajo un gobierno de corte musulmán o islámico.  Las acciones contra Siria conllevan un altísimo costo a cargo de los ciudadanos franceses, en dinero y en vidas, ya que los aviones deben ser reaprovisionados en el aire. Así las cosas, esto es muy sencillo y hasta obvio, si atacas a otro país militarmente debes, ante todo,  prepararte para eventuales  represalias, para eso los servicios secretos y las fuerzas de seguridad, que evidentemente ni se enteraron y por  otro carril, advertir a la población de acciones y  reacciones, pero, como temen oposiciones populares nada informan, todo es secreto. Ahora se comportan como víctimas. Hace un par de años vimos la repetición de los hechos argentinos en España, cuando por ambición de un poco de petróleo barato,  José M.Aznar cometió el mismo error y ocurrió lo de la estación de trenes de Atocha.
Lo mismo con Londres y con Rusia(A321), pero a menor escala, aquí la seguridad  interna tiene otro nivel, pero las Torres Gemelas  en Nueva York nos recuerdan que hasta los más listos, se les escapa la liebre.

Ensayo de Hugo Peyrach.
15 de Noviembre de 2015



lunes, 21 de septiembre de 2015

martes, 15 de septiembre de 2015

viernes, 4 de septiembre de 2015

VIEJO ALMACEN






                                                     VIEJO ALMACÉN


Sobre Bv. Mitre al 1.000 enfrentando a Gral. Paz,  al sur de las vías férreas, existió uno de los más antiguos almacenes de la ciudad de Leones. Posiblemente, fundado por   Feliciano Collado en los primeros años del siglo XX.  Un testigo me señaló  que su familia llegó al vecindario en 1926 y el negocio de Don Collado ya estaba allí.
Este inmigrante español, vaya uno a saber como llegó aquí,  lo cierto que constituyó  un importante almacén de abastecimiento para el otrora pujante barrio sur; muy cercano al taller de Santiago Rosso y donde Collado vendía a granel azúcar, yerba, harina, fideos; todo expuesto en grandes cajones de madera y  bolsas de arpillera.  Largos mostradores   bajos de madera rústica, donde a ambos lados se apoyaba la mercadería. . Sobre uno de   ellos la clásica balanza de platos de bronce que funcionaba con múltiples contrapesas y cuyo mecanismo se encontraba protegido por una caja de vidrio. También, los clásicos cajoncitos de dulces y  trozos de calabazas persistían en los extremos.
Había vino en bordalezas de madera.  Quesos y carnes embutidas en una jaula de un tejido muy fino a la que llamaba fiambrera. Todo se vendía por tanto, tantos centavos de esto o de aquello y se  envolvía en papeles de diarios como si fuera cerrando empanadas. Además, se despachaba kerosene, velas y utensilios de cocina, como cacharros y copas de grueso vidrio celeste entre otras.
Persistía, permanentemente, el aroma a las manzanas frescas.
El almacén, muy pintoresco, pues la mercadería coexistía con una  buena cantidad de gatos que dormían  sobre las bolsas de las mismas y nadie se inmutaba por ello.
Don Collado, probablemente de origen vasco, siempre llevaba una boina negra sobre su cabeza blanca y un lápiz negro en el oído derecho. Además, de un pañuelo batarás al cuello.
El ingreso al antiguo edificio era tipo medio punto, adornado con dos pilares  o columnas que la flanqueaban. Lo cerraban dos portones  de madera sólida.
El almacén de Don Collado, como se lo conocía, funcionó hasta mediado de los años sesenta. Por los pocos datos que pude obtener, primero habría muerto su esposa   Josefa y luego él.
Posteriormente,  el lugar permaneció cerrado  durante una o dos décadas. Más recientemente, el lugar fue reciclado dando origen a un nuevo emprendimiento comercial.
Hugo Peyrachia.-
“Hacedores”
26 de Noviembre de 2013

Pintura ilustrativa del autor.