sábado, 1 de diciembre de 2012

EL HERMITAÑO










 EL HERMITAÑO.

Joaquín, cumpliría su tercer año encerrado entre las cuatro paredes de su habitación, en la parte superior del dúplex de sus padres.
Habiendo concluido el ciclo básico unificado,  Joaquín se negó a proseguir la escuela, ya que la misma no satisfacía su interés por las temáticas que le interesaban; además de tener que soportar a sus compañeros de curso y la estupidez e ignorancia de algunos profesores; y, que “Internet”, la red de redes, podía a diario satisfacer sus inquietudes científicas y filosóficas.
Rodeada por periféricos, su computadora era, paradójicamente, el único  contacto con el mundo real. Mezcla  de  niño índigo y algo similar a los “Hikikomori” japoneses que se niegan a salir de sus habitaciones  debido a la alta exigencia social  en la formación y el trabajo. Lo cierto, es, que en ambos casos  psicólogos y psiquiatras no han  logrado hasta el presente resolver estos problemas.
El mundo de Joaquín pasaba por  millones de “Bits” que llegaban cada segundo a su CPU, permitiéndole  acceder a diversas universidades y  las  bibliotecas más importantes  del mundo quedaban al alcance de su mouse. Podía  echar un vistazo al último número de “Science” o de “Astronomy”,  consultar sitios con la última literatura  vinculada  a la cibernética y la robótica;  física cuántica,  cosmología Etc. Estudiar  idiomas o cursar las más variadas temáticas. Ingresar a sitios de prestigiosos institutos como el MIT,  los institutos Max Planck de Alemania, la NASA, o acceder a científicos como Stephen Hawking o  Joao Magueijo.
Joaquín, despertaba al mediodía, recibía una bandeja con el almuerzo y un jugo de naranjas; una merienda de té con leche y tostadas, a las 19 y otra comida a las 10 de la noche; el resto del tiempo  concentraba su cerebro en diversas cuestiones científicas y filosóficas, pues hacia tiempo que había descartado la metafísica para siempre, ahora superada por las ciencias.
Había leído el relato de Hugo Peyrach, “La Máquina Fractal”, donde Atón, un microrobot humanoide   ingresaba a un núcleo atómico de carbono, y, allí dentro, descubría un nuevo universo, inserto en una nueva dimensión del tipo “Fractal”;  idea que lo mantenía obsesionado todo el tiempo y  con ansiedad trataba  de resolver  la cuestión.
¿Qué causa o razón pudo haber originado el génesis de todas las cosas, de todos los tiempos? y en todo caso¿por qué? ¿para qué?.
Se había contactado con el autor del relato a su e-mail, y éste le habría contestado que Atón, era sólo producto de su imaginación, aunque había elementos curiosos que habría que investigar; cómo por ejemplo, que, si se toma un núcleo atómico y se lo fisiona en dos, se produce una intensa liberación de energía; del mismo modo que ocurriría si hipotéticamente  se pudiera cortar una galaxia o el universo. Le sugirió, entonces, que le comente  la idea al físico inglés, cuadripléjico, H.Hawking.
Joaquín no tardo en comunicarse con el científico británico; uno de los físicos y cosmólogos más importante de la actualidad, que  al parecer le señaló que estaba estudiando la conexión entre la física cuántica, que estudia la materia  en su faz micro y el cosmos, en su faz macro, de tal manera que sospechaba como sostiene la  lógica dialéctica; todo estaría conectado por la ley de la “Interacción Universal”.Así como en  la ley de “Unidad de los Contrarios” lo último se une a lo primero y viceversa; pero,  era necesario llevarlo a un esquema matemático, de lo contrario no será mas que una simple especulación, como tantas.
Cientos de horas ocuparon a Joaquín  las supuestas conexiones entre  teoría cuántica y el Big Bang, que cómo se sabe, originó el universo hace 13.000 millones de años.   Por el momento, nadie ha podido arribar a ninguna teoría”unificada” que satisfaga  al mundo científico, llegando a la conclusión  de que, tal vez, las respuestas llevarían a  nuevas preguntas, pero no pudo dejar de recordar lo que Hawking le había dicho; viejas preguntas: ¿Si está allí? ¿Por qué hay algo en lugar de nada?, debe haber una razón, o al menos una explicación que todas las cosas tienen.
Un mediodía, Joaquín, saturado por la temática, decidió abandonar la búsqueda de preguntas que quizás nunca tendrán respuestas y bajó a la calle. Al intentar cruzarla, un automóvil lo atropello matándolo en el acto. Del mismo modo, nunca sabremos si fue suicidio o accidente.
Quizás, comprendió, que si éste mundo, éste universo, no tiene ningún sentido; ¿por qué habría de tenerlo él  o  su propia vida? .


Del libro”La Ruta del Elefante”-de Hugo Peyrachia-2010

Nota. Este cuento  fue publicado por primeva vez, en la Antología  Cuento Corto- Bialet Massé-Año 2008 

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