domingo, 13 de marzo de 2011

LAS CUATRO LEYES DE ACERO


“LAS CUATRO LEYES DE ACERO”
Por Hugo Peyrachia



Después de haber vivido cincuenta años sobre este mundo, haber prestado atención a los hechos y tratado de comprender la realidad, tanto de la naturaleza, como de los hombres viviendo en comunidad, y después de haber leído cientos de libros, muchos de ellos de filosofía, del origen del cosmos, del mundo y de la vida. De la naturaleza humana, de los animales, de religión; de las ciencias y haber observado el comportamiento humano y animal, tanto en el plano individual (psicología) como social (sociología); y aún más, aventurado en el plano de la metafísica. Haber escuchado cientos de hora de programas de radio y presenciado durante otras miles de horas programas de televisión vinculados a esta temática, haber ojeado miles de ediciones de periódicos y revistas durante años; tratado de comprender las diversas manifestaciones del hombre, en cuanto a culturas, tanto antiguas cómo modernas, como así su esfuerzo por manifestarse culturalmente a través del arte, la literatura, la música, la escultura, el teatro y otras manifestaciones; he llegado a la conclusión de que sólo cuatro entes rígidos gobiernan el mundo, tanto físico como social, sean humanos o animales, sobre todas las concepciones, sin excepciones. Hablo de cuatro manifestaciones claras e ineludibles que están y estarán, es más, han estado siempre desde el origen mismo del planeta y aún antes y rigen en forma absoluta las cosas y las acciones habidas y por haber en el universo conocido.
Una, es sólo válida para la naturaleza en general, otras son ambivalentes, tanto para la naturaleza como para el hombre, como ente individual y social.
Veamos cada una de ellas, y de que se tratan.
La primera regla de hierro que rige de forma universal todas las cosas, y para todo el universo conocido, se llama ley de gravedad; no se sabe aún que la provoca, es seguro que está inserta en la misma materia que rige el cosmos.
En segundo lugar, tenemos la Ley del más fuerte(Ley de la Selva), que rige para la vida animal y humana, en la faz natural, social y económica. Son los grandes dueños del capital, los que manejan el mundo, las grandes corporaciones, el dinero de los grandes bancos los que manejan gobiernos y componen los cuerpos que dictan las leyes. Por último, de ser necesario, utilizarán la fuerza para imponer sus intereses.(Fascismo).
En tercer término, algo que había nacido como una religión muy antigua, un concepto que hoy representamos con el término “Maniqueísmo”, que en su origen estaba representado por la lucha entre dos entes contrapuestos, a partir del bien y del mal. Ahora el término se ha extendido a antagonismos como blanco y negro, alto o bajo, frío o caliente, largo o corto y aquí viene a significar que todo hecho o ente material, individual o social tiene una serie de beneficios y una serie de contrariedades en relación al hecho mismo, lo que se conoce vulgarmente con pro y contra. Todo es bueno y malo al mismo tiempo.
El cuarto término o regla, es “Nihilismo”; involucra a todo ente material como espiritual; originado en el término“Nihil” o sea “nada” en latín. Significa, que todo ente es nada, a la larga todo desaparece, todo se evapora, se desvanece; nada existe ya. Eso es “nihilismo”, la nada. Todo está compuesto por partículas minúsculas energéticas, ensambladas de una determinada forma, tan sólo por un espaciotiempo y luego se transforman en otras, originando nuevos entes, nuevas formas y eventualmente energía.
Lo contemplado, el universo y la vida, son regidos por estas cuatro reglas inquebrantables, ellas son, “Gravedad”, “Ley del más fuerte”, tanto en el plano físico como socioeconómico. Maniqueísmo, en el plano natural y social. Por último, “Nihilismo”, la nada; todo se diluye en el tiempo, las cosas, los hombres, los planetas, el universo, en el largo plazo, nada existe.
Resumiendo, todo cuanto existe en este universo es gobernado por la gravedad y el tiempo; luego para la vida y los entes sociales rige la ley del más fuerte.
Una bipolaridad en las cosas, una especie de doble filo, un yang y un yin en oriente y por último, “Nihilismo”, o sea, nada de nada.


Hugo Peyrachia.
(Filosofía)
10 de Enero de 2009

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